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¿QUIERES QUE EL FUTURO DE TUS HIJOS SEA UNA MONEDA AL AIRE?: MEJOR NO IMPROVISAR

¿Cuántas veces has pensado en el futuro de tus hijos? ¿En qué estudios quieres que tengan? ¿O a qué universidad van a ir?

Da igual que acaben de nacer o que tengan 10 años, la preocupación por tus hijos es algo que siempre está ahí, rondándote la cabeza.

Quizás tienen una cuenta infantil donde vas ingresándole un dinero cada cierto tiempo, y también sus abuelos y tíos le hacen alguna aportación por su cumpleaños o las navidades.

Pero sabes que tiene que haber una manera mejor de ahorrar para su futuro, aunque no sabes muy bien cómo hacerlo. Y lo sabes, porque el dinero que hay en esa cuenta, es el mismo siempre y no nos da ningún beneficio extra.

¿Es importante que tu hij@ vaya a la universidad?

La educación universitaria es uno de los mejores legados que podemos aportar a nuestros hijos. Cuanto antes empecemos a ahorrar, menos esfuerzo nos costará.

Como sabemos, esto no es gratuito, ni siquiera si optamos por los centros públicos. Aunque pueda parecernos una etapa aún muy lejana, es conveniente comenzar a ahorrar incluso desde antes de que los pequeños nazcan. Te cuento por qué y cómo hacerlo para no sacrificar tu calidad de vida y para que, llegado el momento, no tengas que poner cortapisas a su elección de qué estudiar.

Lo primero que deberíamos estimar es un presupuesto de cuánto cuesta la matrícula y otros gastos asociados a la universidad. Hacerlo no es sencillo, dado que depende de si optará por la universidad pública o privada, la carrera que elegirá, si estudiará en España o en el extranjero…

A esa cantidad estimada habrá que sumarle un porcentaje que represente la inflación sostenida, por ejemplo, en los siguientes 15 o 20 años (cuando toque afrontar el gasto). Por último, tendremos que calcular el porcentaje de ahorro anual que debes cumplir para alcanzar tus objetivos marcados a largo plazo.

¿Y si la opción es estudiar en el extranjero?

Como he dicho antes, las universidades extranjeras son otra opción. En este caso, el coste es muy dispar entre las inglesas y estadounidenses de renombre y las de otros países europeos, como Noruega, Alemania o Francia. No obstante, en estos últimos países el coste de vida es muy alto respecto a España.

Una vez hechas las cuentas, decide qué cantidad o porcentaje de los ingresos destinarás a la universidad de tus hijos. ¿La fórmula? Cuanto antes empieces, mejor (incluso antes de nacer), ya que el esfuerzo será menor y el poder del interés compuesto estará de tu lado.

Imagina que quieres ir a Madrid desde Cádiz (son algo más de 600 kilómetros). ¿Te plantearías ir en bici? Seguramente no.

Pero podrías hacerlo, ¿verdad?.

La cuestión es: ¿cómo llegarías a Madrid después de todos esos kilómetros pedaleando? Seguramente destrozado.

¿Y cuánto tiempo tardarías en llegar? Pues varios días, si todo va bien y no tienes una avería o una lesión.

Ahora imagina que quieres ir a la panadería que hay en la acera de enfrente de tu casa. ¿Te plantearías ir en coche? Al igual que en el ejemplo anterior, seguramente no.

Pero podrías ir a comprar el pan en coche, ¿verdad?

Pero entre que vas a buscar el coche, lo arrancas, buscas sitio para aparcar pero no hay, dejas el coche en doble fila porque “total, va a ser solo un momento”, vas a comprar el pan y vuelves, y quizá, hasta te encuentres con una multa por mal aparcamiento. ¿Por cuánto te ha salido la barra de pan?

Es importante reflexionar sobre todo esto para darle la importancia que tiene. Algunos estaréis pensando que quizá vuestro hijo no quiera estudiar. Igualmente es importante planificarse porque seguramente si querrá sacarse el carnet de coche o de moto, o incluso comprarse uno/a.

Cualquier objetivo hay que tenerlo en cuenta para que, llegado el momento, podamos elegir en qué aprovechamos lo ahorrado. ¡Que no sea, porque no nos lo podemos permitir!

De hecho, estaría bien también implicar a los hijos en ese ahorro desde casi que tengan uso de razón, para que así la cultura financiera de España vaya creciendo, y no como actualmente, que es prácticamente nula. Para ello, podemos derivar parte de los regalos (cumpleaños, comunión…) a esta hucha de ahorro para su universidad, algo que sin duda comprenderán y agradecerán en el futuro cuando preparen el ahorro universitario para nuestros nietos.

Espero haberte aportado valor con esta lectura, y que tomes medidas sobre ello.

 

¡ESTÁS A TIEMPO!

Si quieres tener más información sobre cómo poder ahorrar de manera cómoda y que tus hijos puedan tener esos estudios soñados, no dudes en ponerte en contacto conmigo y tener así una sesión de planificación financiera SIN COSTE NI COMPROMISO.